miércoles, noviembre 29, 2006
¡Increíble!
Si bien la vida política de México nos ha restado capacidad de asombro, sigue habiendo cosas que nos hacen exclamar ¡Increíble!
En los últimos días, el presidente electo y su partido, han merecido ese calificativo en varias ocasiones.
Los nombramientos calderonistas, ponen al país en la vía del retroceso a las más oscuras épocas del PRI. Varios de los secretarios de estado, lo son por cuotas políticas, por amarres y presiones; no son los idóneos para ejercer el puesto, dado que su experiencia no está en los rubros a los que fueron asignados. Este es el caso de Josefina Vázquez Mota.
Algunos -que quizás tienen el perfil académico requerido- son de una línea neoliberal o de ultraderecha, sumamente nociva para el país, pero muy ventajosa para quienes los apoyaron para llegar al puesto. Aquí se ubican Carstens y José Angel Córdoba.
Al menos uno, independientemente de su perfil, cuenta con el más amplio repudio nacional e internacional. Ramírez Acuña es considerado, por propios y extraños, como un grave error de Calderón, por su historia de represor y violador de los derechos humanos.
Por otro lado, Manuel Espino amenaza al propio Calderón con "cortarle el brazo", si decide "meter la mano" al partido. Lastimosamente, el presidente electo, suplica una sana cercanía con el PAN, al más puro estilo presidencialista del pasado.
Finalmente, los legisladores panistas -evidentemente paranóicos- cayeron en lo que pretendían evitar y dieron la pauta al FAP para evitar la toma de protesta de Calderón. Fueron ellos los que tomaron por asalto la tribuna. El problema es que no tienen el "entrenamiento" necesario para resistir un asunto de este tipo, mientras que los del FAP, son expertos.
A Calderón todo le sale mal. Es difícil creer que en estas condiciones de debilidad, podrá gobernar este país.
Mientras tanto, la presidencia legítima de López Obrador, se fortalece con sus propuestas y arrastre popular.
¡Vaya contrastes!
En los últimos días, el presidente electo y su partido, han merecido ese calificativo en varias ocasiones.
Los nombramientos calderonistas, ponen al país en la vía del retroceso a las más oscuras épocas del PRI. Varios de los secretarios de estado, lo son por cuotas políticas, por amarres y presiones; no son los idóneos para ejercer el puesto, dado que su experiencia no está en los rubros a los que fueron asignados. Este es el caso de Josefina Vázquez Mota.
Algunos -que quizás tienen el perfil académico requerido- son de una línea neoliberal o de ultraderecha, sumamente nociva para el país, pero muy ventajosa para quienes los apoyaron para llegar al puesto. Aquí se ubican Carstens y José Angel Córdoba.
Al menos uno, independientemente de su perfil, cuenta con el más amplio repudio nacional e internacional. Ramírez Acuña es considerado, por propios y extraños, como un grave error de Calderón, por su historia de represor y violador de los derechos humanos.
Por otro lado, Manuel Espino amenaza al propio Calderón con "cortarle el brazo", si decide "meter la mano" al partido. Lastimosamente, el presidente electo, suplica una sana cercanía con el PAN, al más puro estilo presidencialista del pasado.
Finalmente, los legisladores panistas -evidentemente paranóicos- cayeron en lo que pretendían evitar y dieron la pauta al FAP para evitar la toma de protesta de Calderón. Fueron ellos los que tomaron por asalto la tribuna. El problema es que no tienen el "entrenamiento" necesario para resistir un asunto de este tipo, mientras que los del FAP, son expertos.
A Calderón todo le sale mal. Es difícil creer que en estas condiciones de debilidad, podrá gobernar este país.
Mientras tanto, la presidencia legítima de López Obrador, se fortalece con sus propuestas y arrastre popular.
¡Vaya contrastes!
