jueves, agosto 31, 2006
Voces de cambio
Pero los cambios requieren de personas que se atrevan a aceptar el desafío de encararlos y dirigirlos. Si esto no ocurre, se cambia para seguir igual; hay simulación del cambio.
Warren Bennis, un experto en liderazgo, describe los ingredientes básicos del líder del cambio:
- Visión: tiene una idea clara sobre lo que quiere hacer y tiene la fuerza para persistir ante contratiempos y fracasos.
- Pasión: que tiene que ver con las promesas de la vida, con la vocación, la acción. Ama lo que hace.
- Integridad: que se deriva del conocimiento de sí mismo, de la franqueza y la madurez. Conoce sus fuerzas y debilidades, actúa con base en sus principios y ha aprendido a aprender de los demás.
- Confianza: se ha ganado que los demás confíen en él.
- Cursiosidad: se cuestiona todo y busca siempre aprender más.
- Osadía: toma riesgos, experimenta y se atreve a hacer lo que otros nunca harán.
Por su parte, Burt Nanus, describe siete megahabilidades de los líderes del cambio:
- Visión de futuro: mantiene la vista firme en el blanco.
- Dominio de los cambios: regula la velocidad y el ritmo del cambio.
- Diseño: construye legados, para que su organización sea capaz de triunfar.
- Aprendizaje anticipado: aprende permanentemente.
- Iniciativa: tiene habilidad para iniciar las cosas y lograr que sigan vigentes.
- Dominio de la interdependencia: inspira a otros a tener ideas y a confiar, a comunicarse y a buscar soluciones.
- Altos niveles de integridad: es serio, honesto, confiable, cuidadoso, abierto, leal y comprometido.
Hoy en México, hay voces de cambio; se escucharon en el 2000, pero sucedió la simulación del cambio. Pero hoy es diferente. El cambio viene inevitablemente por varias razones:
- Es país no aguanta más.
- La gente ha tomado conciencia de su fuerza.
- Existe una gran polarización social.
- Ha ocurrido una burla enorme para los mexicanos.
- Hay un líder del cambio.
De acuerdo con las características que presenté en las líneas previas, resulta interesante analizar los liderazgos y pseudoliderazgos del país.
Los liderazgos se ganan, no se imponen. No se crean de la nada, sino que se trabajan arduamente con autenticidad.
No es lo mismo un jefe que un líder. El jefe manda, mientras el líder convence. El jefe supervisa, mientras el líder motiva. El jefe reprime, mientras el líder libera.
Los grandes líderes de la humanidad, quienes han enarbolado un verdadero cambio, siempre han sido repudiados por los poderosos y por los ignorantes; frecuentemente han surgido de las filas de la gente común; tienen convicciones firmes; nada se les da fácilmente, sino que tienen que luchar por todo; tienen seguidores de buena fe; son tachados de locos y violentos. En muchos casos, han sido juzgados, reprimidos, encarcelados. Pero todos tienen un gran carácter, forjado con fuego de prueba, a base de paciencia y lucha. Son personas fuertes, inquebrantables. Por eso nunca se quedan sólos.
Hoy en México hay voces de cambio, pero de verdadero cambio. Andrés Manuel López Obrador reúne las caracterísitcas de un líder auténtico, por lo que tiene ya ganado un lugar en la historia moderna de México, como un constructor de la democracia.
¿Cómo pasarán a la historia Vicente Fox y Felipe Calderón? ¿De dónde podrán ser líderes? ¿Con qué habilidades podrán gestionar un cambio? Como Fox bien lo ha dicho, solo podrán cambiar de jinete, pero jamás de caballo. Nunca podrán liderar un cambio auténtico.