jueves, agosto 24, 2006
Libertad de Expresión
Le era de la información y los avances tecnológicos vertiginosos han elevado las posibilidades de comunicación al infinito. Sin embargo, la falta de acceso a estos medios, sigue siendo una realidad en países como México, en donde la mayoría no cuenta con una computadora.
En plena era de la información, México vive la más absoluta desinformación. El oligopolio de los medios de difusión -televisión, radio y periódicos- ha decidido claudicar a la vocación informadora, para ceder ante los intereses de los grupos de poder, de los cuales forman parte.
En este siglo XXI, la mayor parte de los ciudadanos mexicanos carece de una de sus garantías individuales: la libertad de expresión. El cerco informativo que se ha tendido sobre las manifestaciones legítimas de la gente, ha pretendido eliminarlos del país. Hoy más que nunca es válida la frase del destacadísimo expresidente de México, Carlos Salinas de Gortari: "Ni los veo, ni los oigo".
Vicente Fox, digno hijo político del mencionado exmandatario, ha aprendido bien la lección de desestimar lo que millones gritan, con el objetivo de legitimar su torpe proceder. "El conflicto postelectoral se limita a una sola calle", pretende convencer a quienes están lejos de que eso es cierto; y el mensaje no era para los alemanes solamente, sino que tiene como destinatarios a los millones de mexicanos "desinformados" que viven el en resto del país. Pero con esto, no considera que quienes estamos fuera de su alcance, no validamos sus palabras, sino que alzamos la voz más fuerte, para ser oídos por los demás.
Los medios televisivos de México, han contribuído a enrarecer el conflicto Nacional postelectoral, no solamente dando tribuna libre a quienes descalifican con mentiras, sino callando lo que en realidad está pasando en el país. Esto es un delito; es un atentado contra los mexicanos a los que constitucionalmente se nos ha otorgado el derecho a la libertad de expresión.
Es tiempo de alzar la voz. No podemos callarnos la verdad, por mucho que incomode a un pequeño grupo poderoso.
En plena era de la información, México vive la más absoluta desinformación. El oligopolio de los medios de difusión -televisión, radio y periódicos- ha decidido claudicar a la vocación informadora, para ceder ante los intereses de los grupos de poder, de los cuales forman parte.
En este siglo XXI, la mayor parte de los ciudadanos mexicanos carece de una de sus garantías individuales: la libertad de expresión. El cerco informativo que se ha tendido sobre las manifestaciones legítimas de la gente, ha pretendido eliminarlos del país. Hoy más que nunca es válida la frase del destacadísimo expresidente de México, Carlos Salinas de Gortari: "Ni los veo, ni los oigo".
Vicente Fox, digno hijo político del mencionado exmandatario, ha aprendido bien la lección de desestimar lo que millones gritan, con el objetivo de legitimar su torpe proceder. "El conflicto postelectoral se limita a una sola calle", pretende convencer a quienes están lejos de que eso es cierto; y el mensaje no era para los alemanes solamente, sino que tiene como destinatarios a los millones de mexicanos "desinformados" que viven el en resto del país. Pero con esto, no considera que quienes estamos fuera de su alcance, no validamos sus palabras, sino que alzamos la voz más fuerte, para ser oídos por los demás.
Los medios televisivos de México, han contribuído a enrarecer el conflicto Nacional postelectoral, no solamente dando tribuna libre a quienes descalifican con mentiras, sino callando lo que en realidad está pasando en el país. Esto es un delito; es un atentado contra los mexicanos a los que constitucionalmente se nos ha otorgado el derecho a la libertad de expresión.
Es tiempo de alzar la voz. No podemos callarnos la verdad, por mucho que incomode a un pequeño grupo poderoso.