jueves, agosto 10, 2006

 

¿Cuál crisis?

El país se encuentra sumido en una crisis lamentable, que incluye una serie de elementos concurrentes.

El primer asunto es la falta de carácter gubernamental. Aclaro que no estoy entendiendo carácter en términos psicológicos, sino de capacidad moral.

De acuerdo con Thomas Likona, es la expresión de la virtud, de la excelencia humana. Las virtudes son objetivamente buenas y estamos obligados a sustentarlas porque afirman la dignidad humana, promueven el bienestar y la felicidad de la persona, posibilitan la vida en comunidad y conceden los derechos ciudadanos.

Hoy en día, se promueve en el mundo el desarrollo de personas, ciudades y países de carácter. México tiene un gobierno que practica exactamente lo contrario a la virtud, porque quebranta la dignidad de millones de personas, sume en la desesperanza a millones de pobres extremos, pisotea el derecho a la felicidad de millones de gentes, polariza a la sociedad con argumentos falaces y denigrantes de las personas que no coinciden con ellos, de modo que impide una vida armónica en comunidad y ha pisoteado la mayoría de los derechos ciudadanos de los mexicanos.

El segundo asunto, es consecuencia del primero: falta de Gobernabilidad. Ante el escenario fabricado por el poder económico y político del país, que ha agraviado profundamente a la sociedad, es imposible llegar a acuerdos. Para poder tener gobernabilidad, es fundamental contar con legitimidad, cultura política y participación auténtica.

Fox traicionó a quienes votaron por él en el 2000; esto le resta legitimidad; se ha esforzado por imponer a un espurio, absolutamente deslegitimado por un proceso electoral sucio en extremo. El poder mediático ha engañado la inteligencia de muchas personas, con campañas mediáticas totalmente parciales y mentirosas. No hay participación posible. Al igual que Salinas de Gortari, Fox "ni nos ve ni nos oye"; en lugar de eso, sale de su casa rodeado de francotiradores y organismos represores de quienes han montado una resistencia civil pacífica.

El tercer asunto tiene que ver con los anteriores, porque ha sido consecuencia de ellos. Se trata de los brotes de violencia en todo el territorio nacional. Diariamente hay ejecutados en distintos puntos del país; el narcotráfico se ha posesionado de la nación. Diversas manifestaciones ciudadanas han terminado en represión extrema, con varios muertos y muchos heridos, ultrajados y humillados. El conflicto magisterial, lejos de resolverse, se agrava.

A todo esto, se suma un bloqueo mediático severo, que atenta contra la gente y su derecho de información; los ciudadanos tenemos derecho a transitar por las avenidas de la verdad. En lugar de esto, debemos pasar horas buscando información fidedigna en medios alternativos (vaya mi reconocimiento a los bloggers y su arduo trabajo diario), para poder entender el muladar político de estos tiempos. Los medios tradicionales ocultan la verdad.

Además, se siguen sumando acciones que violentan a la población, como las "alianzas estratégicas" nefastas entre los partidos de siempre; personajes deleznables como la Gordillo; palabras imprudentes de Fox y su vocero; un Tribunal que en el mejor de los casos es tibio; la minimización de la inconformidad de la gente (ahora resulta que los únicos inconformes en el país son los que están en contra del bloqueo de Reforma, según Creel).

Sin embargo, hay algo positivo en todo esto. El Pueblo de México ha crecido. Una buena mayoría entiende la verdad y busca rescatar la virtud perdida; una gran masa de "renegados y nacos" ha construído redes sociales auténticas, solidarias y ofendidas, con la intención de no permitir el atropello. La gente ya no es apática; no es conformista; está dispuesta a dar la batalla.

Ente este escenario, no podrán imponer a otro ilegítimo. Calderón no podrá gobernar, entre otras cosas, porque es un personaje muy pequeño para un Pueblo muy Grande. Se necesita estatura moral para hacerlo.

¡AMLO Presidente!

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